De entre los innumerables subgéneros de metal que existen, el
nu-metal ha sido uno de los que más odio ha recibido entre los
seguidores más radicales de este tipo de música. La revolución planteada con
su sonido y su éxito instantáneo produjeron un fuerte rechazo en la comunidad
que no ha hecho más que acrecentarse con el paso de los años. El nu-metal ha
vivido días de gloria de la misma forma que ha conocido lo profundo que puede
llegar a ser el pozo del fracaso, aunque en los últimos años han comenzado a
salir nuevas bandas que intentan revivir un estilo tan querido por algunos y
tan aborrecido por otros.
Suele atribuirse su creación al grupo californiano Korn y al productor
Ross Robinson. Fruto de esta relación nació la considerada primera obra
del nu-metal, la demo Neidermayer´s Mind en 1993. Se trataba de una
demo que contenía cuatro temas que formarían parte del futuro disco debut de
la banda: "Predictable", "Blind", "Daddy" y "Alive". A pesar de no ser bien
recibida, sentaría las bases para la publicación de su aclamado disco homónimo
en octubre de 1994. La aparición de este álbum supuso una auténtica revolución
dentro del heavy metal americano y conllevaría la llegada masiva de
formaciones que tratarían de seguir el mismo camino. Limp Bizkit, Deftones,
Slipknot, Coal Chamber o P.O.D entre otros serían de los primeros en unirse a
Korn como los impulsores principales del nu-metal, aunque algunos de ellos
nunca se sintiesen cómodos con esa etiqueta.
La época dorada de este subgénero favoreció la aparición unos años más tarde de la
segunda oleada de bandas que seguirían los pasos de los anteriormente
mencionados tales como Linkin Park, Ill Niño, Dope, Drowning Pool o Disturbed,
mientras otros como Machine Head tendrían un acercamiento a este sonido con
sus discos The Burning Red (1999) y Supercharger (2001).
Fue entonces cuando el nu-metal viviría su momento más álgido, siendo
innumerables las bandas que decidían incluir alguno de sus elementos
característicos en sus composiciones. Linkin Park tomó una nueva ruta
con la destacada presencia de sintetizadores en sus temas, aportando un sonido
mucho más electrónico que favoreció la llegada de seguidores hasta ahora
ajenos a este tipo de música. Esa arribada generó un conflicto con los
seguidores más intransigentes del heavy metal, causando un rechazo cada vez
mayor que acabó por destruir al nu-metal.
Con el estruendoso batacazo sufrido, un alto porcentaje de las bandas que
formaban parte del movimiento comenzaron a explorar nuevas vías al mismo
tiempo que renegaban de la etiqueta que hasta ahora habían llevado colgada.
Artistas prestigiosos de la talla de Trent Reznor (Nine Inch Nails), Mike
Patton (Faith No More) o Tim Commerford (Rage Against the Machine)
aprovecharon para hacer leña del árbol caído con declaraciones desafortunadas
en las que criticaban con fiereza a grupos como Korn o Limp Bizkit. Chino
Moreno (Deftones) decidió romper totalmente con el género y atacar las
composiciones de Jonathan Davis (Korn) mientras mostraba su descontento por
tener que telonear a Limp Bizkit o Linkin Park, bandas que según su criterio
existían gracias a él. Mike Shinoda (Linkin Park) afirmó que su grupo nunca
fue abanderado del nu-metal, ya que a su parecer representaba misoginia y
arrogancia. Wes Borland (Limp Bizkit) aseguraba que nunca le había gustado el
término nu-metal y que no entendía como grupos con sonidos tan distintos
podían ser metidos en el mismo saco.
Por otro lado, algunas voces se posicionaron a favor como fue el caso de Fred
Durst (Limp Bizkit), uno de sus mayores defensores. Corey Taylor (Slipknot)
manifestaba que en su opinión el nu-metal había sido muy importante para la
nueva ola de heavy metal americano, Dez Fafara (Coal Chamber) se sentía
orgulloso de ser asociado al nu-metal aseverando que se trataba de algo
diferente que había roto con lo establecido y Billy Corgan (Smashing Pumpkins)
alabaría este género por aunar diferentes estilos, convirtiéndolo en algo
fantástico. Pese a estas declaraciones, la balanza estaba cada vez más
decantada hacia sus detractores.
El nu-metal comenzaba a agonizar, contemplando la muerte de muchas
bandas que habían tenido cierta relevancia mientras las más exitosas se iban
alejando cada vez más de ese sonido que les había llevado a la fama. La
travesía por el desierto duró varios años, hasta que a principios de la década
de 2010 algunos grupos comenzaron a introducir ingredientes que nos
retrotraían a mediados de los 90. Aunque este crecimiento está siendo muy
lento, cada vez se van mostrando más artistas que pretenden revivir un movimiento que cambió el metal en su momento.
Este estilo ha sido vilipendiado por músicos de otros subgéneros, por
productores, por periodistas especializados, por la masa social e incluso por
algunos de los propios músicos catalogados con esa etiqueta. A pesar de todo
ese hostigamiento, es innegable que su existencia proporcionó aire fresco a un
género que por aquel momento se encontraba bastante estancado. Muchos somos
los que tuvimos nuestros primeros contactos con el heavy metal gracias a
algunas de las bandas mencionadas anteriormente, llevándonos a interesarnos
por otros subgéneros hasta acabar escuchando un poco de todo lo que el metal
nos puede ofrecer. Personalmente, siempre guardaré especial cariño al nu-metal
por haberme introducido en un mundo que ha acabado formando parte de mí. Me
atrevería a decir que muchos festivales agotan entradas gracias a gente que
como yo comenzó escuchando a Linkin Park o Korn hace 20 años y ahora disfrutan
de bandas con estilos diferentes como Gojira, Lamb of God, Heaven Shall Burn o
Dream Theater.
El metal no debería ser nunca un motivo de enfrentamiento, ya que siendo un
estilo musical minoritario debería servir para crear una comunidad sana y
unida en la que no haya cabida para comportamientos exclusivos y elitistas.
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