La banda inglesa The Raven Age sacaba a la venta la semana pasada su
nuevo álbum Blood Omen. Para este tercer trabajo han firmado con el sello británico especializado
en rock y metal Music for Nations, compañía subsidiaria de Sony Music
Entertainment. El productor Matt Hyde se encargó de las mezclas, mientras que
la masterización se llevaría a cabo en los estudios Finnvox de Helsinki por
Mika Jussila.
Sus dos primeros discos nos mostraban a un grupo de talentosos jóvenes que nos
traían un sonido atemporal con un claro predominio melódico alternado con
pesados riffs de guitarra. Actualmente, ya sobrepasados los 30 años, los
londinenses pretenden establecerse con un trabajo más maduro pero con las
mismas bases que tan bien les han funcionado. Tony Maue abandonaba la
formación en 2022 para pasar a ser vocalista del nuevo grupo Defects, dejando
su puesto de guitarrista a Tommy Gentry. Pese a su partida, la amistad que le
sigue uniendo a sus antiguos compañeros motivó a Tony a colaborar en la
composición de Blood Omen.
Como es habitual en ellos, el álbum comienza con una larga intro a la que
seguirán ocho temas de altísimo nivel de los cuales cada segundo vale la pena,
ya que cada canción mantiene el elevado listón marcado por su predecesora. La
capacidad de crear estribillos melódicos de estos chicos es admirable,
logrando dar vida a un disco lleno de singles en potencia. Aunque habíamos
conocido las habilidades del vocalista Matt James en su anterior disco
Conspiracy, en Blood Omen va un paso más allá llegando a incluir
voces más agresivas en algunos momentos puntuales. Ha conseguido adaptarse
perfectamente al trabajo del compositor principal George Harris desde su
llegada a la banda en 2018, formando un equipo inmejorable. La calidad del LP
hace imposible destacar alguna de sus canciones, aunque si debo recalcar su
aptitud para conseguir un trabajo variado con solo 9 temas.
Blood Omen es una obra maestra del metal melódico moderno que se
distingue por su impecable ejecución, con riffs poderosos que alternan pasajes
melódicos con ráfagas de ferocidad. Su contundente parte rítmica proporciona
una base sólida que impulsa cada tema. El equilibrio entre la agresividad
clásica presente en el metal y la belleza de las melodías que nos brindan crea
una fusión insuperable que cautiva al oyente de principio a fin. Además de la
mencionada ayuda de su ex-guitarrista Tony Maue, en "Parasite" cuentan con la
colaboración del guitarrista de Five Finger Death Punch Andy James, autor del
solo de la pieza, que sirvió como primer single del disco.
The Raven Age son conscientes de la necesidad de un relevo en el mundo del
heavy metal y ellos quieren estar presentes. Están aprovechando su oportunidad
de ser la banda de apoyo de Iron Maiden, logrando captar en sus directos a
seguidores clásicos que odian lo moderno al mismo tiempo que atraen a
seguidores que sólo se interesan por el metal más contemporáneo. A lo largo de
su carrera han tenido que aguantar voces críticas por la ayuda que podían
recibir por ser la banda de George Harris, hijo de Steve Harris. El vocalista Matt James comentaba: "Nadie llega a ningún lugar en este negocio
sin conocer a alguien. Algunas de estas relaciones quizás sean menos conocidas
o menos públicas, la diferencia es que George no se intimida por ser hijo de
Steve Harris y yo no lo veo como algo malo. Si eres fontanero y entras en la
empresa de tu padre, todos lo verán como algo normal. Nosotros hemos crecido
con la música y nos dedicamos a ello y por esa razón a veces se vuelve contra
nosotros". Por su parte, el guitarrista George Harris afirmaba: "El único lado
malo es que nos gustaría que la gente nos escuchara sin tener eso en mente y
ver si les gustamos o no. En algunas cosas puede ser negativo, pero hace
tiempo que me he dado cuenta que esto va a estar siempre ahí y es algo con
lo que tengo que lidiar sin que me influya, de lo contrario podría cambiar la
forma en la que compongo. Espero que nos juzguen exclusivamente por nuestra
música".
En resumen,
Blood Omen es una nueva maravilla de The Raven Age, un recordatorio
de que el metal puede ser melódico y emocional sin perder su poder y
agresividad.
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