El pasado 26 de enero salía a la venta el cuarto álbum de la banda alicantina
Mind Driller. The Void ha sido coproducido por Raúl Abellán y
Mind Driller y comercializado por la firma Art Gates. Abellán se ha encargado
también de la mezcla y la masterización.
Mind Driller lleva años siendo uno de los máximos exponentes del metal
industrial en el país, algo que no es de extrañar teniendo en cuenta que su
arquitecto Javier Oriente acumula un cuarto de siglo ondeando la bandera de
este género con diversos proyectos que han ayudado a la música industrial a
permanecer viva en España. Sin embargo, Mind Driller va más allá encontrando
una fusión perfecta de varios estilos que dan como resultado un sonido único y
personal que continúa una evolución de la banda que parece no tener techo.
The Void es un paso más en el crecimiento del grupo sin
renunciar a su esencia. Como en sus anteriores trabajos, la electrónica, los
riffs de guitarra pesados y la contundencia de su base rítmica serán el lienzo
en el que sus tres vocalistas darán sus particulares pinceladas creando un
cuadro completo y diverso. Por una parte tendremos a un Daniel N.Q. que será
la parte más industrial con su voz grave y agresiva en alemán al más puro
estilo Neue Deutsche Härte, Estefanía Aledo combinará la dulzura de su voz con
atronadores guturales aportando un toque más alternativo y melódico, mientras
V ofrecerá un remate más cercano a los grupos clásicos de nu-metal con un tono
rasgado combinado con pegadizas melodías vocales que se quedarán grabadas en
nuestro cerebro. Es precisamente V el elemento que más me ha sorprendido en
The Void, ya que he tenido la impresión de verle más suelto que en sus
tres discos anteriores. Tras haberle escuchado en otros proyectos como
Stoneheads o incluso cuando interpreta versiones en su canal de Youtube me
quedaba con la sensación de que todavía tenía mucho guardado que por motivos
de estilo no podía explotar. Siento que The Void le ha dado más
libertad, sin eclipsar en ningún momento el fantástico trabajo de sus dos
compañeros logrando que los tres tengan su importancia en el transcurso del
disco. Uno de los triunfos de este álbum es lo fácil que es de digerir,
consiguiendo entrar en tu cabeza desde su primera escucha con 10 temas
concentrados en sólo 37 minutos que quieres repetir una y otra vez. De entre
esas diez piezas me gustaría destacar su single "The Fallout" y "Happy
Hunting", que ha teminado por erigirse como mi favorita gracias, en parte, a
un impresionante estribillo y unos riffs de guitarra que se me han quedado
grabados desde la primera vez que la pude disfrutar hace unas semanas.
Como conclusión, puedo decir que The Void me parece el mejor trabajo de
Mind Driller hasta la fecha.
Para los que no estén familiarizados con el sexteto alicantino, les
recomendaría que le dieran una oportunidad y es que Mind Driller no solo son
un grupo de metal industrial sino una banda que paso a paso siguen
encontrando un estilo cada vez más personal capaz de atraer a oyentes con
diferentes gustos musicales.
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